DEFENSORES SE DESAHOGÓ Y VOLVIÓ A LA VICTORIA

Desahogo “celestial”. El festejo que se desató cuando el árbitro Colombo decretó el final del partido y los cantos que se dieron por parte del plantel dentro del vestuario, dejaron a las claras, la importancia que tenía este cotejo para Defensores Unidos. Más allá del gran valor numérico que significaba sumar tres puntos, CADU logró sacarse una mochila enorme de presión. Un peso descomunal que se acopló la semana pasada con la derrota inexplicable ante Argentino de Quilmes y que realmente se sintió durante gran parte del encuentro ante Lamadrid, tanto desde fuera como dentro de la cancha.
Sin lugar a dudas, que este partido era determinante para aquietar las aguas y para que el plantel tuviese más respiro para buscar un mejor rendimiento. Por eso, CADU tenía que ganar como sea. Y desde ese plano lo logró. A pesar que no tuvo buenos pasajes de fútbol y que por momentos, el visitante le manejó los hilos del juego, el “celeste” supo mantenerse ordenado atrás y luego aprovechar las fallas del rival para ganar por 2 a 0. Es cierto que gran parte del desahogo tiene el sello de un Martín Giménez, que está pasando un tremendo momento individual y nuevamente se despachó con dos conversiones, para llevarse junto con Matías Giménez, los elogios más importantes de la tarde.
El rendimiento de CADU fue prometedor en el inicio. Principalmente porque en tres minutos el “celeste” generó dos claras situaciones. La primera con un tiro libre, que en el rebote lo dejó solo a un Montenegro que definió mal. Y enseguida un gran desborde de Pastor, quien tiró el centro atrás y justo cortó Peralta Salinas evitando la rápida apertura del marcador.
Sin embargo, con el correr de los minutos esa intensidad fue desapareciendo y eso fue mérito de Lamadrid, quien se adueñó de las pelotas divididas y dominaba el juego aéreo, ante un CADU que abusaba de los pelotazos. Así, el visitante se mostraba más prolijo y tranquilo para manejar el balón. Es más, también tuvo chances de ponerse al frente, cuando a los 23 minutos hilvanaron un gran contragolpe que dejó a Lanaro mano a mano con Fasanella, pero el arquero le tapó el remate de gol.
Con cada minuto que pasaba, la impaciencia se sentía más por parte de la gente y eso, sin dudas se trasladaba dentro del campo de juego, ya que CADU estaba impreciso y no tenía profundidad.
La tendencia parecía mantenerse en el complemento. Los murmullos se hacían cada vez más fuerte y la presión se sentía cada vez más. Así CADU era un manojo de nervios, más allá que siempre intentó mantener el orden. Pero como había ocurrido hace una semana atrás, Defensores tuvo una carta que rompió todo el esquema. Y ese fue Martín Giménez. Desde su velocidad, el joven zarateño empezó a ser la esperanza “celeste”. Primero tuvo un remate a los 12 minutos, que el arquero Valiñas mandó al corner. Pero 7 minutos más tarde, la historia fue diferente. Tras una grave falla de los centrales de Lamadrid, Martín se escurrió entre ambos y quedó mano a mano ante el guardameta, pero ahora el volante definió cruzado para poner el 1-0 y traer un manto de tranquilidad en todo Villa Fox.
A partir de ahí el panorama cambió, ya que Lamadrid perdió la prolijidad que había tenido durante gran parte del juego y fue en busca del empate. Pero se desordenó y eso a CADU le vino muy bien, ya que Matías Giménez se adueñó del medio campo y fue una máquina de cortar pelotas. Así, CADU se sintió más seguro para atacar y fue creando la victoria. El golpe de nocaut llegó a los 35 minutos, cuando Peralta Cabrera habilitó a Arauz y el volante intentó definir por arriba del arquero, pero cuando la pelota parecía irse por el costado del arco, apareció nuevamente Martín Giménez para empujarla sobre la línea final y decretar el 2-0.
Sobre el cierre el visitante tuvo una chance para descontar, pero el palo no lo dejó. Esta vez la historia ya estaba escrita y no iba a tener un feliz inesperado. Esta vez, CADU con falencias y virtudes logró su meta de volver a la victoria y principalmente para tener un desahogo “celestial”.

Gentileza diario El Debate